HISTORIAS DE ESTA LETRINA

Historias de ésta letrina

martes, 10 de diciembre de 2013

09/12/13

Yo no soy abogado, y no me compete hablar de los procedimientos administrativos o jurídicos que dictan la legalidad o no de la destitución de Gustavo Petro como Alcalde Mayor de Bogotá. Pero sí soy bogotano y es mi obligación moral dar mi posición al respecto.  Quisiera creer que gracias a una gran leguleyada se manipuló la norma que se aplique al caso, y se anunció la destitución e inhabilidad por 15 años, el día de ayer. Así mismo, quisiera tener certeza que existen mecanismos legales apegados a la constitución y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para dar nulidad a la decisión tomada.





En el fondo, los que no estamos de acuerdo con la destitución e inhabilidad, sabemos que el procurador no va a dar una rueda de prensa diciendo que se equivocó y que va a dar reversa pa´ atrás (como dijo el bolillo). Acá la decisión tiene que venir de otro lugar, de un superior, ya sea el presidente de la república, la fiscalía o la Comisión Interamericana. A Ordóñez le tenemos que dar las gracias porque con su decisión del día 9 de diciembre de 2013, sin quererlo, dio origen a una movilización popular, que espero, tenga repercusiones importantes en el futuro. Gracias a la autocrática palabra de Ordóñez (que tarde o temprano se sabrá que fue planeada por los mismos 5 o 6 que manejan el país), hoy la juventud, las centrales obreras, los trabajadores, los estudiantes, los vendedores informales, los recicladores y los desempleados, se unen en una sola voz de indignación y de cansancio.

Hacía falta un último acto de opresión y humillación al pueblo bogotano para que se diera una manifestación que se necesitaba hace más de 30 años. Con lo de ayer, el perdedor no es Petro, sino la ciudad. Entre otras cosas, porque el actual Alcalde recibió los escombros de una ciudad atrasada, saqueada y olvidada. De la cenizas burocráticas se alzó una reconstrucción en tiempo récord. La calle veintiséis y la carrera décima eran, en su momento, cráteres abandonados, rodeados por poli sombras durante meses, sin que se les viera una solución pronta. Aun así, con las fallas que sigue presentando el sistema de transporte, el transmilenio salió avante de las traspié que los Nule y los Moreno le pusieron.

Por otra parte está el tema de las carretas con tracción animal, del cual nunca un gobernante en Bogotá se había preocupado. Y así muchos otros temas, los cuales dejan ver cuál ha sido la gestión de Petro por la ciudad. Hoy es momento de hacerle saber a los ultra derechistas de la nación que estamos cansados de vivir bajo sus regímenes de miedo y represión, que de a pocos,  nos hemos ido informando mejor acerca de la situación en el país, que ya no somos los mismos habitantes de hace unas décadas, que así manipulen el 99% de los medios, creemos en el 1% imparcial y veraz. No queremos seguir siendo los borregos de las mismas 5 familias que mueven los intereses de la nación en pro de sus bolsillos y sus curules. La escolarización en Colombia ha ido en progreso en los últimos 40 años, cada vez más personas prefieren estudiar que dedicarse a atender un supermercado, cada vez más la juventud están interesada en la historia que vivieron nuestros padres y abuelos. Sentimos la indignación de generaciones pasadas pisoteadas por el estado como nuestra, y ésta vez no puede pasar lo mismo.

Ya no somos los que tragan entero, ya nos cansamos de vivir con miedo, nos cansamos de las arbitrariedades de las instituciones gubernamentales. Las 100.000 personas que ayer estaban en la Plaza de Bolívar son el comienzo de una unión que se tiene que fortalecer con los días. Ordóñez nos dio la oportunidad perfecta para hacerle saber a los mandatarios que somos nosotros, el pueblo, los que madrugamos todos los días, los que nos aguantamos el transmilenio, los que tenemos el poder en las manos, y no él, ni Uribe, ni Pacho Santos, ni nadie del gobierno. No basta con salir a la plaza con una bandera. Las acciones legislativas y legales se tienen que empezar a emprender desde ya,  repito, no soy abogado, y no sé si baste una recolección de firmas, pero que se haga lo que sea necesario, para empezar por destituir al procurador, y dejar que un buen gobernante como Gustavo Peto termine su mandato.

Y las cosas tienen que seguir mas allá, tiene que venir un proceso de concientización a la población, a olvidar la compra de votos, a enseñar que es más importante un voto a conciencia, escogiendo un programa, y no permutarlo por un tamal y aguardiente. Porque el problema no es solo el procurador, el congreso es tal vez más peligroso que Ordóñez, y no podemos seguir otorgando curules a personas que terminan legislando en contra de la sociedad.

Que el 9 de diciembre no se olvide nunca, y sea el inicio de una etapa de transformación en Bogotá, y por qué no, en el país. Somos mucho los que nos mamamos que nos pasen por encima, ayer se vio, y se tiene que seguir viendo. Salgan de twitter y facebook, y hagan lo que sea necesario para salvar ese poco de dignidad que nos queda.

Desde la distancia abogo por el respeto hacia los bogotanos, desde la distancia apoyo a los indignados, acá hay uno más.


No hay comentarios:

Publicar un comentario