YO NO ESTOY ORGULLOSO

Yo no estoy orgulloso de haber nacido acá. No he estado orgulloso cuando los colombianos han tenido esos supuestos triunfos en el exterior. No salté de dicha cuando Juan Pablo Montoya pasó a la Fórmula 1. No canté a todo pulmón cuando Shakira apareció en el MTV ICON de Aerosmith. No bendije a Patarroyo por una vacuna que nunca terminó de crear.

No le hice fuerza a Darío Castillón Hornos para que sustituyera a Juan Pablo II. Nunca le di crédito a los triunfos de Juanes afuera. No me arrancó ni un aplauso la medalla de oro de María Isabel Urrutia en Sidney. Lucho Herrera me valió verga con su vuelta a España. Nunca celebré el hit de Edgar Rentería para ganar la Serie Mundial con los Marlins. En la final de la Copa Libertadores del 2004 del Once Caldas me quedé dormido; cuando me enteré que habían ganado, me dio puteria.

Cuando Santiago Botero ganó la medalla de oro en el Campeonato del Mundo Contrarreloj, siempre espere que se cayera y se lesionara de por vida. Reí a carcajadas cuando le quitaron la medalla de bronce a María Luisa Calle. Entristecí mucho cuando se la retornaron.

Me vale verga cuando en el periódico sale algún colombiano en la NASA; siempre imagino que están allá con un diploma falso mandado a hacer en Chapinero. No había nacido cuando García Márquez ganó el Nobel. Igual me hubiera parecido comprado.  Siempre creeré que Fernando Botero es el artista más mediocre que ha dado el mundo. Que Grooveshark lo haya inventado un colombiano me tiene sin cuidado, y creo que en lo que menos piensa ese sujeto es en su nacionalidad.

Me produce lástima que ovacionen a Carlos Aturo Torres, quien ganó el concurso de diseño de Peugeot en el 2008. Nunca construirán su carro; lo hicieron en greda tamaño real para darle contentillo.  Los únicos colombianos que han ganado la Champions League han sido suplentes, y ni siquiera entiendo cómo estaba inscrito en la nómina del Real Madrid el odontólogo Edwin Congo.

Pambelé dilapidó su fortuna en carrazos y costeñitas. El Happy Lora trató de salir de la miseria participando en el reality show La Granja. Sofía Vergara ha triunfado únicamente mostrando las tetas y echándose harto colorete. Siempre me burlaré del patinador que por celebrar anticipadamente su triunfo perdió la victoria a 30 cm de la línea de meta. Elvis Presley tuvo un baterista colombiano, que obviamente, nunca conoció nadie; murió en Villa de Leyva, rodeado de moho y recortes viejos de periódicos.

Angelino Garzón perdió las elecciones para presidir la Organización Internacional del Trabajo, obteniendo únicamente 7 votos.

Somos una raza maloliente, asquerosa y atrasada. Siempre de segundos, o de últimos, que a la larga da igual. Cuando nos tenían que meter 7 goles para eliminarnos, nos dejamos meter 9. Cuando supuestamente Camilo Villegas pintaba para ser el segundo mejor golfista de la historia (triste distinción de todas formas), salió con un chorro de babas el hijueputa. Los tenistas colombianos siempre van a los torneos internacionales a hacer el ridículo, a jugar tenis de niños de 10 años.

Los estúpidos patriotas siguen con su marica cuento que somos raza pujante, que los colombianos no nos varamos,  pues les aviso que es mentira. Puede que no nos dejemos morir de hambre, pero si nos hemos varado para ser un país avanzado en las ciencias, en la tecnología, en medicina, en todos los campos del mundo. Servimos para ingeniarnos nuevas maneras de robar, de asesinar, de secuestrar, de vender droga, de exportar droga, de consumir droga, de descuartizar, de traficar personas, de adulterar alcohol, de violar, de empalar, de matar niños, ancianos, adultos, mujeres, maricas, negros, extranjeros, hemos creado nuevas formas de quedar en ridículo en el fútbol, tenis, natación, baloncesto, atletismo, judo, karate, equitación, y muchas disciplinas deportivas más. Nadie como un colombiano puede rendir la cocaína y volverla perico y bazuco, nadie como los corinteños cultivan marihuana, en ningún lugar como en la L se consigue cualquier droga existente en el mundo, nadie como un mendigo colombiano puede fumar, oler e inyectar tanta droga en un solo día. Nadie como un ladrón de la décima en Bogotá puede robar tantos teléfonos celulares en un día de trabajo. Ningún aberrado sexual de otro país puede coger tantos culos como los bogotanos en Transmilenio.

¿De eso se enorgullecen? Los patriotas dicen “los buenos somos más”, y dan ejemplo de gente como Shakira. Pues les digo que Shakira odia este muladar, le damos asco, por pobres, por muertos de hambre, porque la mayoría de nosotros no ha salido del país, o del departamento, sin eso ser un pecado. No adulen gente que ni siquiera vive en Colombia, que si están afuera es por algo. De todas formas vivimos en un país que nos odia por ser de acá. Con su “raza pujante” me limpio el culo.