HISTORIAS DE ESTA LETRINA

Historias de ésta letrina

miércoles, 27 de noviembre de 2013

COLOMBIANOS EN EL EXTRANJERO

Cada vez que espero el cambio del semáforo para cruzar la calle, veo una maleta Totto en la espalda de alguien. Cada vez que paso por algún monumento veo a algún colombiano posando para una foto, con cara ridícula y gafas Ray-Ban de 5 lucas. Vivo en la nueva Colombia, a 5000 Km.







Como hordas de zombies, se vuelcan en grupos de 6 o 7, con sus camisetas piratas de la selección de fútbol, hacia el centro de la ciudad. Atiborran los transportes públicos con su falta de tacto, y su precaria forma de expresarse. Incomodan con sus malos modales, con sus burdas combinaciones de media blanca hasta la mitad de la pantorrilla , sandalias y pantaloneta de trotar. Hacen fila para tomarse fotos. Emplean viejas y estúpidas formas de montajes para parecer que tienen los monumentos en las palmas de sus manos. Se indignan cada vez que alguien menciona algo del narco tráfico y de la cocaína.

Aún así, y sintiendo gran admiración por el lugar que están conociendo, que les abrió los brazos de forma amistosa y sin ninguna restricción, el colombiano sigue quedando en ridículo por sus propios medios. Sigue botando basura indiscriminadamente en las calles, sigue quejándose de los precios, sigue teniendo pésimos modales en la mesa, sigue poniendo vallenato y música para tomar aguardiente en los parlantes de los celulares. Sigue pidiendo rebaja, sigue con la molesta costumbre de no saludar ni despedirse del amigo tendero. Sigue diciendo en restaurantes que la comida colombiana es mejor, sigue diciendo que las mujeres son mejores, que la cerveza es mejor.

Si les parece mejor, ¿para qué putas viajan?. Con esa plata que se gastan diariamente en el extranjero pudieran comprar 20 canastas de cerveza, 12 litros de aguardiente, 45 platos de pelanga y 61 kilos de chunchullo. Pueden seguir admirando sus mejores mujeres, pueden seguir diciendo que Colombia es pasión, pueden seguir diciendo que el ajiaco es el mejor plato del mundo. ¿Cuál es el sentido de visitar un lugar fuera de Colombia, si no se va obtener una retroalimentación?. Viven en Colombia y se quejan de todo, del alcalde, del costo de vida, del transporte público, de los pocos eventos culturales, etc., pero van a otros lugares y en ese instante Colombia se vuelve el país perfecto.

Están los otros casos, que son los que viven en el extranjero, por motivos educativos o laborales. Día a día viven con la añoranza de volver a esa zanja ubicada entre el pacífico y Venezuela. Hacen reuniones de colombianos, se venden entre ellos aguardiente Antioqueño, Nectar, Chocorramo, café y demás productos. Viven hablando pestes del lugar que sin ninguna mezquindad les otorgó residencia, hablando pestes de los locales, que son fríos y faltos de alegría. Se sienten orgullos de ser personas escandalosas y problemáticas, de ser los que prenden cualquier fiesta. Añoran ir al Espinal o a Pailitas.

Son los mismos que en Colombia que quejaban de Petro y sus políticas de basura, y se dan cuenta que fuera de ese país la situación no es mucho mejor.

Pido que de ahora en adelante los que vayan a salir del país, dejen la grosería y la indecencia en casa. No viajen con sus malos modales y sus costumbres incivilizadas, respeten los lugares que visiten, no demuestren lo ñeros que son. Por favor, no se saquen la carne depositada entre los molares, con las uñas. No tomen directamente de la botella de cerveza de litro. No traten de tomar fotos con los monumentos en sus palmas de las manos, ni delante de los demás  digan que todo en Colombia es mejor.

No más colombianos ampones fuera de Colombia. No más colombianos haciendo vacío con las lenguas en los dientes para sacar residuos de comida. Respeten.



1 comentario:

  1. que buen que volvio a escribir, ahora usted es un embajador de nuestra propia cultura

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