NO A "LA MUJER DEL PRESIDENTE 2"

Espero que a los productores del refrito de la serie colombiana La Mujer del Presidente les pase algún accidente y así desistan de arruinar una de las pocas producciones televisivas colombianas que puedo denominar como excelente.

Y me refiero al tema porque hace unos meses adquirí la serie completa en DVD. Empecé a verla, y me transporté 13 años atrás, cuando medio país estaba al tanto de Carlos Alberto Buendía y sus andanzas. Agradezco de antemano a Mauricio Navas y a Mauricio Miranda (a éste último Q.E.P.D.), por darle a los colombianos una razón más para sentirse orgullosos (todas las razones de orgullo se pueden contar con los dedos de una mano) de las producciones de cine o televisión (entre esas La Gente de la Universal) que ha generado el país. Si no me falla la memoria, desde el año 1998 no se produce en Colombia una serie o telenovela digna de mostrar el mundo. Varias han estado cerca, con un inicio medianamente interesante, tocando temas novedosos, pero siempre se han encontrado con guionistas y productoras ambiciosas que alargan las historias, tornándolas mezquinas con el televidente; recurriendo a situaciones absurdas e inverosímiles, que a nadie hacen sentir identificado, por lo que el interés se pierde y finalmente se ven obligados a cabecearse un final de un día para otro.

Yo sé que muchos de ustedes estarán pensando “y donde deja a Pedro el Escamoso, o a La Saga, o a Pecados Capitales…”, y tienen razón, son las novelas que más se han acercado a la calidad de La Mujer del Presidente, pero nunca, a nadie, en ningún escenario, le aceptaré que catalogue a Yo soy Betty, la fea como una novela para mostrar al mundo. Me escupo a mi mismo cuando recuerdo que vi aquella novela (no toda).  No  solo muestra lo peor de nosotros con cada personaje (las secretarias chismosas, el celador con ínfulas de dueño del aviso, el mensajero guiso, etc.), sino que casi acaba con la carrera musical de Mario Duarte. Debido a la gran popularidad de su personaje Nicolás Mora, Duarte decidió erradamente abandonar la música para dedicarse a realizar papeles de segundón en novelas de segunda, con horarios prime que lentamente pasaron a horarios inaccesibles para el colombiano promedio.

El que afirme que Yo soy Betty, la fea es más calidad que  La Mujer del Presidente es porque no recuerda el gran papel de Waldo Urrego, o del mismo Robinson Díaz. Le recuerdo a quien sigue afirmando lo anterior, que ni Ana María Orozco ni Jorge Enrique Abello son alguien hoy en día. Así se haya visto alrededor del mundo, Yo soy Betty, la fea no es ni la sombra del gran guión escrito por los amigos Navas y Miranda.

Espero en unos meses no tener que escribir algo del remake en cuestión, no solo por ser una falta de respeto con el finado Miranda, sino porque el argumento central va a ser “Susana de Acero resucitará mágicamente y a Carlos Alberto Buendía lo judicializarán por un crimen que una vez más, no cometió”. Si eso pasa, prefiero ver mil veces Yo soy Betty, la fea, o en su defecto, Betty Toons.