HISTORIAS DE ESTA LETRINA

Historias de ésta letrina

domingo, 30 de octubre de 2011

HALLOWEEN EMPRESARIAL


Las celebraciones empresariales de Halloween deberían ser prohibidas por las  autoridades. Existen  cientos de empresas en Bogotá que presionan a sus empleados para que participen de uno de los eventos más abominables de nuestra cultura, que es ver a los compañeros y jefes disfrazados, además del fastidio que produce tener  que meterse la mano al dril y conseguir disfraz.

Siempre existirá en toda empresa el jefe jovial  que trata a sus subalternos como amigos; les da palmada en la espalda a los hombres y a brazo con pico a las mujeres. No importa que tanto trabajo tenga sobre su escritorio, a las 9 am se da una vuelta por la oficina sonriendo y preguntando qué hicieron el día anterior, o qué van a hacer el próximo viernes. Ese tipo de jefes son los que planean durante meses la fiesta de Halloween de las empresas, compran bombas para decorar los pasillos, brujas de papel para pegar en las paredes, ponen calabazas de plástico llenas de dulces en su oficina, para ofrecerlos a cada persona que entre, demostrando su espíritu de integración y compromiso conla empresa.

Me asquean las personas así. Me asquean las empresas que contratan gente así, porque progresivamente todos sus empleados se vuelven así. Si esta afirmando mientras lee “a este man le tocó disfrazarse y por eso escribe esto” es correcto. Me da miedo durar mucho tiempo en la empresa donde estoy, porque es posible que llegue el día en que me convierta en el jefe que organiza la fiesta de disfraces. El viernes anterior fue uno de los peores días que he tenido que vivir, no solo por el hecho de tener que disfrazarme (cosa que no comparto para los adultos; debería ser una práctica netamente infantil),  sino porque en esas fiestas  uno tiene que ver todo tipo de espectáculos bochornosos.

Las mujeres feas creen que por disfrazarse de diablas ya se ven hermosas (si alguna mujer fea se siente aludida por el comentario, mis disculpas); los jefes creen que por disfrazarse con trajes ridículos los empleados los odiaran menos. Ni una minifalda ni un disfraz de la niña del aro consiguen estos resultados, por el contrario aumentan los comentarios en contra y el odio. Quisiera ser jefe y prohibir toda celebración empresarial de Halloween, no permitir ni decoración ni fiesta, que siempre termina con una mini teca en el parqueadero, ambientada por el reggaetón de moda, con un animador de bazar, y con el 80% de los jefes borrachos y acosando a las mujeres disfrazadas de diablas.

Si usted amigo lector, sufrió como yo el viernes pasado la celebración de Halloween en su empresa, lo invito a manifestar su inconformidad y a no ser partícipe de estas verbenas que, a pesar de ser creadas para “unir y disfrutar”, siempre terminan convertidas en eventos odiosos que rescatan disfraces fusilados por años, que en un niño puede que se vean bien, pero en un adulto solo genera ridiculez, además del afrentoso momento en el que el jefe se disfraza de domador de leones y tres de sus empleadas de leonas encadenadas. Espero que el próximo octubre ya sea jefe para prohibir todo esto, o que me encuentre en una empresa donde el jefe piense como yo, o como último recurso, trabaje como independiente en mi casa, donde nadie me exija ponerme disfraz alguno.

Finalmente, si no hay caso y la tradición empresarial de disfrazar a sus empleados continúa, por lo menos pido que no permitan a las personas disfrazarse de gamines, nunca ha sido gracioso y nunca lo va a ser.

2 comentarios:

  1. jajaja sí, tiene razón!! que mamera disfrazarse!! y que mal por las mujeres que se denigran a sí mismas por vestirse como putas y creer que por eso son mejores que las que no.

    Me indignan también los hombres disfrazados de Superman que parecen disfrazados es de "Supermercado" por lo ajustado de sus trajes...

    @SantiagoPeye

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  2. :( yo me disfracé de puta y creí que me veía divina !!!!! :(

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