En el fondo, los que no estamos
de acuerdo con la destitución e inhabilidad, sabemos que el procurador no va a
dar una rueda de prensa diciendo que se equivocó y que va a dar reversa pa´ atrás (como dijo el
bolillo). Acá la decisión tiene que venir de otro lugar, de un superior, ya sea
el presidente de la república, la fiscalía o la Comisión Interamericana. A Ordóñez
le tenemos que dar las gracias porque con su decisión del día 9 de diciembre de
2013, sin quererlo, dio origen a una movilización popular, que espero, tenga
repercusiones importantes en el futuro. Gracias a la autocrática palabra de
Ordóñez (que tarde o temprano se sabrá que fue planeada por los mismos 5 o 6
que manejan el país), hoy la juventud, las centrales obreras, los trabajadores,
los estudiantes, los vendedores informales, los recicladores y los
desempleados, se unen en una sola voz de indignación y de cansancio.
Hacía falta un último acto de
opresión y humillación al pueblo bogotano para que se diera una manifestación
que se necesitaba hace más de 30 años. Con lo de ayer, el perdedor no es Petro,
sino la ciudad. Entre otras cosas, porque el actual Alcalde recibió los
escombros de una ciudad atrasada, saqueada y olvidada. De la cenizas burocráticas
se alzó una reconstrucción en tiempo récord. La calle veintiséis y la carrera
décima eran, en su momento, cráteres abandonados, rodeados por poli sombras
durante meses, sin que se les viera una solución pronta. Aun así, con las
fallas que sigue presentando el sistema de transporte, el transmilenio salió
avante de las traspié que los Nule y los Moreno le pusieron.
Por otra parte está el tema de las
carretas con tracción animal, del cual nunca un gobernante en Bogotá se había
preocupado. Y así muchos otros temas, los cuales dejan ver cuál ha sido la
gestión de Petro por la ciudad. Hoy es momento de hacerle saber a los ultra
derechistas de la nación que estamos cansados de vivir bajo sus regímenes de
miedo y represión, que de a pocos, nos
hemos ido informando mejor acerca de la situación en el país, que ya no somos
los mismos habitantes de hace unas décadas, que así manipulen el 99% de los
medios, creemos en el 1% imparcial y veraz. No queremos seguir siendo los
borregos de las mismas 5 familias que mueven los intereses de la nación en pro
de sus bolsillos y sus curules. La escolarización en Colombia ha ido en
progreso en los últimos 40 años, cada vez más personas prefieren estudiar que
dedicarse a atender un supermercado, cada vez más la juventud están interesada
en la historia que vivieron nuestros padres y abuelos. Sentimos la indignación de
generaciones pasadas pisoteadas por el estado como nuestra, y ésta vez no puede
pasar lo mismo.
Ya no somos los que tragan
entero, ya nos cansamos de vivir con miedo, nos cansamos de las arbitrariedades
de las instituciones gubernamentales. Las 100.000 personas que ayer estaban en
la Plaza de Bolívar son el comienzo de una unión que se tiene que fortalecer
con los días. Ordóñez nos dio la oportunidad perfecta para hacerle saber a los
mandatarios que somos nosotros, el pueblo, los que madrugamos todos los días,
los que nos aguantamos el transmilenio, los que tenemos el poder en las manos,
y no él, ni Uribe, ni Pacho Santos, ni nadie del gobierno. No basta con salir a
la plaza con una bandera. Las acciones legislativas y legales se tienen que
empezar a emprender desde ya, repito, no
soy abogado, y no sé si baste una recolección de firmas, pero que se haga lo
que sea necesario, para empezar por destituir al procurador, y dejar que un
buen gobernante como Gustavo Peto termine su mandato.
Y las cosas tienen que seguir mas
allá, tiene que venir un proceso de concientización a la población, a olvidar
la compra de votos, a enseñar que es más importante un voto a conciencia,
escogiendo un programa, y no permutarlo por un tamal y aguardiente. Porque el
problema no es solo el procurador, el congreso es tal vez más peligroso que
Ordóñez, y no podemos seguir otorgando curules a personas que terminan
legislando en contra de la sociedad.
Que el 9 de diciembre no se
olvide nunca, y sea el inicio de una etapa de transformación en Bogotá, y por
qué no, en el país. Somos mucho los que nos mamamos que nos pasen por encima,
ayer se vio, y se tiene que seguir viendo. Salgan de twitter y facebook, y hagan
lo que sea necesario para salvar ese poco de dignidad que nos queda.
Desde la distancia abogo por el
respeto hacia los bogotanos, desde la distancia apoyo a los indignados, acá hay
uno más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario