Ahora es cuando se ven los patriotas
ofendidísimos, indignados, heridos en el alma, porque a Nicaragua le dieron un
pedazo de mar que era de Colombia. Y la gente en las redes sociales atiborrando
los estados con frases como “Si permitimos esta sentencia de #LaHaya Lo próximo es que
algunos quieran reclamar el Amazonas patrimonio Universal y no lo quiten también”, ó “Donde queda
la soberanía de nuestro país, desastroso #FalloSanAndrés de #LaHaya”.
Y entonces pienso yo que
ahora sí se ven los patriotas, los que se preocupan por el país, pero son los
mismos despreocupados que botan basura en las calles, por las ventanas de los
buses o de los carros, los que botan aceite quemado a las alcantarillas, que le
enseñan a los niños que la naturaleza vale guevo, que a los animales se les
puede pegar y torturar porque no sienten. Esos mismos patriotas son los que
desfalcan la nación, los que ganan dinero falsificando documentos, timando
gente en las filas y vendiendo puestos para inscripciones de subsidios. Tan
patriotas son que hoy se arrancan el pelo de la cabeza de la ira que les
produce el fallo, pero son los mismos que se van de vacaciones al Rodadero y
dejan flotando en el mar los paquetes de chitos, los vasos desechables, las
latas de cerveza y hasta huesos de pollo. Son los mismos que nunca sincronizan
los carros modelos 70 que tienen, los que adulteran licor en baldes y bateas en
los patios de sus casas, los que venden cachorritos en las entradas de los
almacenes Ley del centro de la ciudad.
Hoy la gente le hace el
reclamo público al canciller y a Santos, quieren que en una alocución pública
acepten que la nación ha perdido, que estamos todos tristes y que será difícil
levantarnos de este golpe. A mi la
verdad me importa un culo si a Nicaragua le hubieran dado esos cayos, y a la mayoría
también le importa un culo. Lo que pasa es que de unos meses para acá está de moda
ser patriota, defender a capa y espada todo lo que tenga que ver con la
soberanía nacional. Creo que eso es un efecto que el deporte ha creado en los
ciudadanos.
Los deportistas
olímpicos hicieron que los ciudadanos del común se dejaran de avergonzar de éste
país, que pudieran levantar sus cabezas hundidas en la deshonra. Y ahora la
selección Colombia con su buen rendimiento ha hecho que la gente vuelva a creer
que este territorio es un país grande.
El patriotismo es apoyar
la división de los continentes, del mundo, es estar de acuerdo con las fronteras
que impiden que la gente pueda buscar mejores opciones y calidades de vida. Es
aceptar la humillación con tal de irse de acá. Es arrodillarse pidiendo clemencia,
esperando una hogaza de pan, esperando la lástima, piedad y caridad de una
nación “mejor”. Es como la gente que se va para España, huyendo del desempleo
de éste país. Y llegan allá a lidiar con
esa población xenófoba, que odia a los latinoamericanos, que los ve como
cucarachas, viviendo en los tugurios de sus grandes capitales, trabajando
únicamente en el servicio, sin opciones de adquirir vivienda, de tener una vida
digna.
Hay que irse de acá,
pero no irse de rodillas, lamiendo las botas de las autoridades fronterizas. Ser
patriota es estar de acuerdo con los vejámenes que sufre la gente tratando de
ingresa de forma ilegal a otro país.
Por favor, que la gente
que está lamentando esa pérdida de mar, que me digan a ustedes en qué les
afecta. Como si ellos fueran los pescadores que solían ir a esas aguas a buscar
el sustento diario. O como si cada 8 días viajaran a los cayos a ayudar a sus
pobladores. Ahora si sienten lástima por los verdaderos afectados, ahora sí son
patriotas, ahora sí aman a su país, pero en su infinita hipocresía viven
jodiendo las calles con sus basuras, jodiendo las aguas con sus aceites,
jodiendo el aire con el humo de sus chatarras, jodiendo los animales, jodiendo
todo. Si son tan patriotas, ¿dónde han estado cuando el ejercito y la policía
han cometido crímenes de guerra con los pobladores del campo? Se olvidan que esos atropellos le hacen mucho
más daño al país que le quiten un poco de agua.
Si me preguntan a mí,
que le quiten todo el mar a Colombia, con tal que los policías dejen de matar
gente, y que los soldados dejen de matar perros. Eso sería más patriótico, que
pelear por unos metros cuadrados de mar.
Totalmente de acuerdo.
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