ASCO

Todo en el país da asco; los ladrones taxistas, los raponeros callejeros, los deportistas mediocres, los políticos charlatanes, los políticos ladrones, los políticos asesinos, los políticos narcotraficantes, en general todos los políticos, los sicarios, los jíbaros, los bancos y sus tasas de interés por los cielos, los prestamistas gota a gota, los pobres que no tienen con qué vivir decentemente pero gastan sus pocos ingresos comprando televisores LED y equipos de sonidos inmensos.

Los supermercados que se roban de a 10 pesos por producto comprado, los falsos positivos, los militares que violan mujeres y niños en los campos, Transmilenio, los acueductos nunca terminados en casi todos los pueblos de la costa atlántica, el despilfarro de las regalías de los pueblos petroleros o mineros, Shakira, la televisión y su programación que convierte en zombies consumistas a las personas, el fútbol y su rendimiento patético en competiciones nacionales e internacionales.

Dan asco personas como Teófilo Gutierrez, el atraso en sistemas de transporte público, las precarias condiciones de hospitales y centros de salud, el olvido del estado con los habitantes de la calle, las facilidades para que las empresas extranjeras se llenen los bolsillos, la desidia con que la gente en las calles observa robos y asesinatos sin hacer nada.

Me asquea que la gente sea tan inteligente para robar y timar a los demás, pero para pensar en negocios lícitos innovadores se les desaparece la inteligencia. Siempre buscando cómo pasar por encima de los demás, de forma literal como el ingreso a un bus de Transmilenio, o en sentido figurado, como las masacres hechas por militares. Para reclamar cosas gratis siempre los colombianos están prestos; coleccionan empaques, tapas, etiquetas, sobres, bolsas, tiras, colillas, recortes, volantes y demás elementos para recibir a cambio un vaso, un pocillo, un tenedor, un mantel de papel o cualquier objeto, pero para hacer fila y solicitar empleos honestos no mueven un pie.

 En este país se ufanan de triunfos ajenos, se auto felicitan por triunfos personales; María Isabel Urrutia ganó una medalla de oro, y todo el país se apropió de esa medalla. La verdad es que es de ella, y de nadie más. No hay por qué decir Colombia ganó medalla de oro. Se la ganó ella, con muy poco apoyo. El estado abandona los deportistas. Les toca pasar hambre, entrenar con implementos que en otros países serían basura hace varios años, pero aún así logran derrotar competidores con tres platos de comida al día. Antes de ganar medallas no son nadie para el gobierno, pero luego de ganar con esfuerzo propio, ahí si se convierten en representantes de una nación, ahí si con Colombia. Que asco es el apoyo del gobierno al deporte, pero que se puede esperar, si el gobierno es un asco, ha sido un asco los últimos 50 años y seguirá siéndolo. Los actos asquerosos vienen de entidades asquerosas.

Como en escritos anteriores, me imagino que en éste comentaran personas insultándome, recordándome que yo también soy colombiano. Pues les digo que apenas mis finanzas lo permitan, me largaré de estas tierras, dejando atrás el lodazal pestilente que muchos aman, me someteré a un tratamiento sicológico para poder olvidar el himno nacional. Si Shakira pudo, yo podré también.