Me encontraba en un trabajo
rodeado de guizas y ñeros, de sueños de ir a pasear a Melgar y de almorzar en
Crepes & Waffles. Sueños de conseguirle papá adoptivo al hijo, o de
engallar una Pulsar 135. Hubo excepciones,
personas con las que tuve una buena amistad y siempre los recordaré con
cariño. Ellos compartían el odio y la frustración de trabajar en aquel lugar
tartárico, y ruego para que puedan salir pronto de allí, decirles con alegría ¡bienvenidos
a la libertad! Y tratarlos como ex secuestrados.
Me sentía mucho asco, me odiaba
por hacer que Luis Carlos Sarmiento cada día fuera más rico. Me odiaba por no
tener las guevas de largarme para siempre, dejar botado el puesto y no volver
nunca. Cada mañana me miraba al espejo, me acomodaba la corbata y me sentía la
peor basura. Me sentaba 4 horas frente a una pantalla, almorzaba, me sentaba
otras cuatro, y me largaba de esa puta oficina. Y así todos los días, por dos
años. El día que renuncié me fui a las 2 pm y prometí nunca más aceptar un
trabajo así.
En mi frustración laboral, donde
a veces pasaban dos semanas sin tener nada para hacer , o a veces había tanto
trabajo que daban ganas de pegarse unos 5 tiros, el odio en mí crecía día a
día, y la única manera de exorcizarlo era escribiendo. Cada vez que le di click
a “publicar” me ayudó a sentirme menos peor ser humano, menos atrapado. Y así
pasaron dos años de publicaciones, de escritos que me gustaron mucho, o de
otros que odié por malos y ridículos. Me gané muchas putiadas, muchas frases de
“si no le gusta el país lárguese”. Eso me gustaba, porque estaba hiriendo a las
personas, estaba diciendo lo que a la gente no le gusta oír de su amado país “echado
pa’lante!”.
Pues le estoy haciendo caso a los
que me sugirieron que me largara, ya casi me largo, y lo hago feliz, extasiado
de no tener que ver más motos con stickers de Monster y otras ñeradas. Alguien
me sugirió que a donde voy, buscara colombianos, para no sentirme solo, y me
pareció una ridiculez que obviamente no voy a hacer, porque si me voy es para
descansar de Colombia y sus malditos habitantes. Cuando escuche cerca de mí hablando
a un colombiano, voy a estar callado y no permitir que me reconozcan. Otros
dicen que voy a extrañar la comida, las cosas típicas, la amabilidad del
colombiano, pero la verdad es que el colombiano no es amable; es mezquino y
egoísta. La comida ni me va ni me viene, podría vivir sin asado huilense y sin
mute, igual nunca como de eso. Voy a
extrañar emborracharme con mis amigos en las calles bogotanas, a mi familia, y a
las bandas.
Ya sin odio en mi interior, no sé
cada cuánto escriba. Tal vez en el lugar a donde voy consiga un trabajo el cual
me haga volver a detestar mi vida y mi entorno y empiece a escribir tan seguido
como antes. Le digo adiós a éste maldito país y a sus injusticias, sus
violaciones a los derechos humanos, a su corrupción y sus mandatarios. Adiós a
los putos que aún utilizan caballos para sus carretas. Adiós le digo a los
ladrones de transmilenio, a los raponeros de la décima, a los baja espejos en
los semáforos, a los que ponen a trabajar a los niños y a los que se ufanan que
tienen dos macbook, un iphone, un ipad y están más cerca de ser mejores seres
humanos.
Me largo feliz, cuando despegue
el avión aplaudiré hasta que me sangren las manos.
Lo único que le deseo son mucho éxitos porque no hay nada peor en el mundo que hacer cosas que no nos gustan, espero que haga lo que se le dé la gana y que le paguen por eso. Buen viaje mi peye
ResponderEliminarbuena perrito, lástima que se pierdan sus crudas críticas, creo que usted es más colombiano que muchos, pues no come cuento ni carreta. Esto es una perola, todos tiran a sacar su propio beneficio. espero no llegue tampoco a sitios donde nos consideren "sudacas" y en cambio sus ideas sean apreciadas. Siga escribiendo, quiero creer que usted tiene la razón y lo mejor es largarse de aquí. pdta: yo también ando haciendole la plata a Sarmiento Angulo.
ResponderEliminarTake me with you!!!
ResponderEliminarMuchos éxitos, igual debes saber de sobra que si te desagradaba la rutina aquí en Colombia, en otro país va a ser lo mismo. Pero la diferencia será que estarás en un lugar en el que no va a imperar la consigna del vivo vive del bobo y del rebusque a costa de sus propios congéneres.
Saludos.
Entiendo lo que siente. Sin embargo creo que cuando en su escrito aparece la palabra "colombiano" debería reemplazarse por "bogotano" promedio, la peor gentuza que existe.
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