PAUL McCARTNEY

Me emputa que cada vez que en los periódicos en línea hay noticias de eventos de Rock and Roll, como hace unas semanas el concierto de Paul McCartney, muchos costeños opinen, ofendiendo a los posibles asistentes, y dando por sentado que todos los que escuchamos Rock somos drogadictos. La verdad no me emputa que me tilden de drogadicto, y menos unos costeños, lo que me emputa es que digan que la música de los Beatles o de McCartney es mala, sin argumentos.

Si a un costeño no le gustan los Beatles, ni vive en Bogotá para que le afecte la grama del Estadio El Campin, no sé para qué putas se mete a opinar en noticias así. Si alguien viene y me da argumentos de por qué no le gusta la música o las letras de los Beatles, vaya y venga, uno no se puede meter en la porra de los demás y obligarlos a que respeten los gustos de los demás. Pero eso es una cosa, y otra es leer cosas como: “Rolos maricas, van a un concierto de un viejito mariguanero que se va a tirar el pasto del estadio. Solo van mariguaneros a mover las cabezas y a dejar una nube de yerba por toda la ciudad. Toda la vida ese macarni no ha hecho sino hacer que los jóvenes fumen todas las porquerías que el fuma. Ademas el grupo de ese señor nunca fue bueno, solo unos añitos y ya nadie lo volvió a escuchar. Menos mal por aca no traer esos eventos donde la gente va a corromperse”. Ante un comentario así, uno solo puede odiar más a los costeños. A los costeños como él.

Y no ofende que él suponga que los asistentes únicamente fueron a fumar marihuana, porque me imagino que mucha gente fumó, sino el odio que se siente en sus palabras. Los costeños regularmente sienten aversión hacia los que fuman marihuana y hacia el rock, me refiero a los costeños 100% vallenateros, que odian a los del interior del país.  ¿Y qué pasa si los que fuimos al concierto solo fumamos marihuana, fuimos a ver aL viejito que ya no canta, y que él era miembro de un grupo que sólo duro unos años no más? Que hijueputas les importa, si es nuestra plata y nuestro estadio, nosotros vemos que hacemos con la plata que diariamente trabajamos, si nos la queremos gastar en carrazos diarios lo hacemos, o en moños de $100.000, o en felpas del tamaño de bolsas del Éxito, o en boletas de conciertos de viejitos pasados de moda. A ustedes les debería importar un culo que hacemos con nuestro estadio, con nuestra salud y con nuestro bolsillo, como a nosotros nos importa un culo si ustedes en el festival vallenato se gastan la quincena en Old Parr y putas, o en lo que se gasten la plata.

Y si siguen diciendo los del interior somos drogadictos y que nos gusta la música mala, como la de Paul McCartney, pues si, somos unos hijueputas colinos, que día y noche escuchamos los Beatles, fumando bareta y bazuco, aspirando perico del barato y tragándonos pepas rendidas con aspirina. Así somos los del interior, y seguiremos siendo así, y si no les gusta, pues busquen la independencia del resto del país, y creen su propio estado, sin Rock and Roll y sin drogas, un estado donde solo se escuche vallenato por mandato del gobierno, para no tener que aguantarlos más hablando mierda del mejor grupo de música de la historia. A ver si Silvestre Dangond llega a vender si quiera la mitad de discos que vendieron los Beatles, y que venden aún, o si el que le escribe las canciones a ese man supera a McCartney, el compositor más exitoso de la humanidad, certificado por el Libro Guinness de los records.

Cuando eso pase, pueden hablar la mierda que quieran de los Beatles y de los que fuimos a ver a McCartney, pero por el momento dejen la guevonada, y opinen de temas que conozcan. Su ignorancia nos da más fuerza para ir a conciertos y para fumar más marihuana que nunca. Más respeto.